Investigadores del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera del CSIC (ICTJA-CSIC) han realizado una nueva campaña de campo destinada a la adquisición de datos estratigráficos y la recogida de muestras de las erupciones holocenas de los volcanes del Teide y Pico Viejo (Tenerife).
Durante 10 días, del 2 al 11 de marzo, el equipo formado por Joan Martí, Darío Pedrazzi y Olaya Dorado, y Antonio Brum, de la Universidad de Lisboa, visitaron y analizaron diferentes afloramientos de la caldera de Las Cañadas y los valles de Icod y La Orotava.
Esta campaña forma parte de la tesis doctoral que está realizando Olaya Dorado y se enmarca en el proyecto EVE (European Volcano Early Warning System). “Los trabajos realizados en esta campaña forman parte de una investigación que, mediante dataciones radiométricas y nueva petrología y geoquímica, pretende mejorar la comprensión sobre cómo funcionan estos volcanes y cuáles son sus mecanismos pre-eruptivos”, explica Joan Martí, IP del proyecto EVE y director de la tesis de Dorado.
Los investigadores centraron su trabajo en el estudio de las diferentes coladas de lava y depósitos piroclásticos que forman los últimos estratos de estos volcanes. En cada afloramiento visitado, se realizó una recogida de muestras y una revisión estratigráfica de los diferentes niveles muestreados.
Al mismo tiempo se tomaron imágenes aéreas mediante un dron con el que los investigadores obtuvieron, según explica Martí, “una perspectiva completamente diferente” de la zona estudiada.
Análisis de las muestras
Las muestras recogidas en esta campaña serán llevadas a la Universidad de Washington State en Estados Unidos. Allí, con la colaboración de John Wolf, se realizará el análisis químico con el cual se obtendrá su composición en elementos mayores, traza, y tierras raras. “Esto nos permitirá comparar entre erupciones y ver si hay diferencias composicionales entre ellas y saber si las condiciones para preparar las diversas erupciones que estudiamos fueron iguales o diferentes unas a otras””, explica Joan Martí.
De las muestras recogidas también se estudiará la química mineral y su textura para obtener más información sobre el proceso de cristalización de los magmas antes de cada erupción. “Todo ello, al final, nos dirá cómo funcionan estos volcanes, cuándo se puede volver a producir una erupción y en qué condiciones”, agrega el investigador del ICTJA-CSIC.
Martí ha destacado que aún “se conoce muy poco de uno de los volcanes potencialmente más peligrosos de Europa” y del cual, hasta hace poco, se pensaba que era un volcán extinguido que solo había hecho erupciones de tipo efusivo. En este sentido, y basándose en estudios previos, Martí ha apuntado que “la potencialidad eruptiva futura está intacta y, por tanto, hay que considerarlos activos en todos sus aspectos”.
“El trabajo en el Teide no ha terminado. Aún queda mucho por hacer y aprender”, ha asegurado Martí.